¿Cómo se diagnostica la epilepsia?
El electroencefalograma (EEG), es el método diagnóstico más útil para el estudio de la epilepsia. Sirve para evaluar la actividad cerebral que se determina por medio de electrodos situados sobre la superficie del cuero cabelludo. Es una prueba accesible y económica.1
Ante una primera crisis también se debe hacer un análisis de sangre que incluya hemograma, electrolitos, glucemia, perfil hepático, estudio tiroideo y de la función renal. También es interesante realizar un examen serológico específico, ya que algunas crisis se han asociado a patologías inmunológicas. En ocasiones se realizan estudios neuropsicológicos, para evaluar posibles alteraciones cognitivas y estudios genéticos, ya que hay un gran número de genes implicados en esta patología.1
También pueden llevarse a cabo estudios de neuroimagen para detectar anomalías estructurales o funcionales que probablemente sean el origen de la crisis.1
Recomendaciones diagnóstico-terapéuticas de la SEN 2019. Edición revisada junio 2023